-¿Qué es lo que significaría para mí el percibir la esencia energética de las cosas? -le pregunté una vez a don Juan.

-Significaría percibir energía directamente. Separando la parte social de la percepción, percibirías la naturaleza intrínseca de todo. Lo que percibimos es energía, pero como no podemos percibir energía directamente, procesamos nuestra percepción para ajustarla a un molde. Este molde es la parte social de la percepción, y lo que se tiene que separar.

-¿Porqué hay que separarlo?

-Porque reduce el alcance de lo que se puede percibir y porque nos hace creer que el molde al cual ajustamos nuestra percepción es todo lo que existe. Estoy convencido de que el hombre, para sobrevivir en esta época, tiene que cambiar la base social de su percepción.

-¿Cual es la base social de la percepción, don Juan?

-La certeza física de que el mundo está compuesto de objetos concretos. Llamo a esto la base social de la percepción porque todos nosotros estamos involucrados en un serio y feroz esfuerzo a percibir el mundo en términos de objetos.

-¿Cómo deberíamos entonces percibir el mundo?

-Como energía. El universo entero es energía. La base social de la percepción debería de ser entonces la certeza física de que todo lo que hay es energía. Deberíamos empeñarnos en un poderoso esfuerzo social a fin de guiarnos a percibir energía como energía. Tendríamos de este modo ambas alternativas al alcance de nuestras manos.

-¿Es posible entrenar a la gente de tal manera? -pregunté. Don Juan respondió que si era posible.